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jueves, 20 de noviembre de 2008

¿Franco murió el 20-N o el 19-N?

"¡Españoles, Franco ha muerto!" Estas palabras fueron pronunciadas por un presentador de televisión con gesto de solemnidad y duelo hace 33 años, el 20 de noviembre de 1975, para anunciar que la máxima autoridad de la dictadura fascista surgida tras la cruenta Guerra Civil había dejado de respirar, tras una larga agonía. Había muerto Francisco Franco Bahamonde, ese hombre bajito, regordete y con voz de niño malcriado que dejó a su paso una estela de asesinatos, represión y sangre.

La noticia de aquel 20 de noviembre de 1975 sacudió a todos los españoles de dentro y de fuera del país, incluidos los centenares de miles de exiliados que estuvieron durante 40 años a la espera de la muerte o caída del dictador que les expulsó de su tierra. Pero las llamadas "Dos Españas" se manifestaron con nitidez con el fallecimiento de Franco: para sus partidarios se había ido "el caudillo", "el más grande de España", "el general que evitó que el país cayera en las garras del comunismo y la masonería"; mientras para la otra mitad, la de sus detractores, había muerto finalmente "el tirano", "el dictador fascista más cruel de Europa", "el responsable de la muerte, la represión y la diáspora de millones de españoles", "el general que dos meses antes de morir firmó sus cinco últimas ejecuciones sumarias".



Francisco Franco se convirtió en el referente de la sublevación militar que derivó en el estallido de la Guerra Civil (1936-1939), al asumir el mando de las llamadas "fuerzas nacionales", las defensoras de la ideología fascista, para derrocar al régimen de la II República española, de Manuel Azaña. Después de tres años de guerra sangrienta entre ciudadanos del mismo país, finalmente las huestes franquistas se hicieron con el poder e instauraron un régimen dictatorial y fascista con la connivencia y colaboración de la Iglesia católica, en el interior, y de las grandes potencias occidentales, en el exterior, incluida Estados Unidos.



Las cuatro décadas de dictadura representan uno de los periodos "más negros" en la historia de este país; se suprimieron de inmediato las libertades más esenciales, como las de expresión, de participación política y de movimiento; se marginó aún más a las mujeres; se persiguió activamente a los rojos (comunistas, republicanos, anarquistas o simples opositores al régimen), a los sospechosos de formar parte de la masonería y hasta a los homosexuales y ateos. Era un país que penalizaba con condenas de cárcel la práctica de la homosexualidad, el uso de los anticonceptivos, el adulterio y el amancebamiento.



Pero, sin duda, la principal razón para sufrir en carne propia la dureza del régimen era por cuestiones políticas, para lo que el dictador tejió una sofisticada red de centros clandestinos de represión y encarcelamiento, donde eran habituales los siniestros "paseos", que se hacían al alba y de los que nadie regresaba. Miles fueron ejecutados y la mayoría enterrados en fosas comunes, diseminadas hasta la fecha en todo el territorio español, donde se calcula que hay restos de más de 30 mil personas todavía sin exhumar.



El historiador español José Alvarez Junco sostiene en su libro Mater dolorosa: "la política nacionalizadora de los vencedores no se fundó en la integración sino en la represión y el adoctrinamiento coactivo; la nacionalización española que el franquismo quiso imponer era tan agresiva como grosera; en ningún momento el franquismo pretendió difundir una idea realmente nueva de España que pudiera atraer a una parte importante de los vencidos en la Guerra Civil".



El investigador explica así la duración del régimen franquista: "Sobrevivió a sus camaradas fascistas en 1945, en parte gracias a su identificación con el catolicismo y en parte también a la protección recibida de Estados Unidos en pleno ambiente de la guerra fría. Pero en los años 1960 y 1970, al final de su trayectoria, en medio de una Europa próspera, democrática y en proceso de unión, la España de Franco resultaba una rareza bochornosa, asociada a atraso económico y cultural, opresión política, clericalismo y omnipresencia militar y policial en el paisaje".



¿Franco murió el 20-N o el 19-N?



Me encontré ayer a un viejo amigo que me saludó celebrando los 33 años de la muerte de Franco. Es mañana, le dije yo. No, es hoy, nos engañaron con la fecha, se murió el 19-N, no el 20-N. ¿No te acuerdas?Y me recordó una vieja leyenda que circuló por aquellas fechas:Franco dio el golpe de Estado el 18/07/36 y la guerra acabó el 01/04/39. Sumando ambas fechas, sale el 19/11/75. ¡Estaba en los astros que iba a morir el 19 de noviembre de 1975, y murió, en efecto, en las últimas horas de ese día, pero los altos funcionarios del régimen, que sabían que se había cumplido el designio, dejaron pasar unas horas de esa noche y comunicaron que había muerto en la madrugada del 20!Mi amigo es un poco conspiranoico y aficionado a la astrología, pero la anécdota tiene su gracia.

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